Mundo Cristiano.- Tres cristianos quienes pasaron meses en una de las
peores prisiones del mundo ahora están libres. Las autoridades iraníes los
arrestaron por la realización de presunta actividad misionera. CBN News
conversó con ellos en lo que es su primera entrevista para la televisión.
Bahram Nasibov, Eldar Gurbanov y Yusif Farhadov
sabían que se enfrentaban a una misión riesgosa en Irán.
“Estábamos esperando que Dios hiciera algo nuevo
con nosotros en este viaje, pero no teníamos idea de los eventos que sucederían
horas después de nuestra llegada”, dice Nasibov.
El 24 de junio del 2016, los tres hombres de
Azerbaiyán, país que limita al noroeste con Irán, se dirigieron a una reunión
secreta con cristianos iraníes.
Los hombres partieron de la ciudad capital Bakú, y
se dirigieron a la ciudad de Astara, que está en la frontera entre Irán y
Azerbaiyán. Pero una hora y media después de haber ingresado a Irán sin
problemas, tomaron un taxi y se desplazaron unas 300 millas al sur de la
capital iraní de Teherán.
Farhadov estaba en un apartamento dirigiendo un
estudio bíblico cuando un golpe repentino en la puerta los sorprendió.
“Abrimos la puerta y unos 20 a 25 hombres se
precipitaron en el apartamento”, comenta Farhadov.
Gurbanov supo que estaban en problemas.
“Supe en seguida que eran policías o agentes del
gobierno, porque tuve una experiencia similar en Azerbaiyán, cuando las
autoridades invadieron nuestras reuniones cristianas”, dice Gurbanov.
Después de interrogarlos el gobierno los acusó de
querer convertir a los iraníes al Cristianismo, y envió a los hombres a la
prisión de Evin. La cárcel más famosa de Irán.
“El juez nos dijo que podríamos pasar 10 años en
prisión”, indica Bahram Nasibov.
Los siguientes dos meses significaron días de
confinamiento solitario.
“He sido arrestado muchas veces por predicar el
evangelio, peor nunca puesto en confinamiento solitario. Esta fue una nueva
experiencia y no se la deseo a nadie”, precisa Gurbanov.
Una diminuta y fría habitación. Sin ventanas. Sin
cama. Solo un fregadero. Fue la 12ª visita de Nasibov a Irán.
“Claro, tuve el pensamiento de que pasaría el resto
de mi vida en prisión, pero nunca me arrepentí de ir a Irán”, dice Nasibov.
Eso es porque en 2003, Nasibov dice que Dios le
hizo una pregunta desde el libro de Isaías.
“El me preguntó: ‘¿a quién enviaré a las
naciones?’. Y yo respondí: ‘Heme aquí, envíame’. Desde entonces, trato de no
perder una oportunidad de ir y predicar el evangelio en otros países”, relata
Nasibov.
Era la primera visita de Farhadov.
“Justo antes de que nos fuéramos, dos veces tuve el
sueño de que nos arrestarían... así que naturalmente estaba aprensivo con el
viaje. Pero cuando me senté en mi celda de la prisión, Dios me recordó ese
sueño, pero también me dio una promesa del Salmo 2 de que Él hará de las
naciones nuestra herencia. Eso me dio esperanza y fuerza para soportar”, indica
Farhadov.
Ellos fueron diariamente interrogados y acosados,
pero nunca perdieron la esperanza.
“Las circunstancias en la prisión fueron muy
difíciles, para impedir que me afectara física y emocionalmente, comencé a
orar, incluso cantaba en voz alta y los guardias no me detuvieron”, dice
Gurbanov.
Tampoco prohibieron a Farhadov de cantar esa
canción tan conocida: “Cuán Grande es Dios”, en la prisión.
Mientras estaban en la cárcel, los hombres
conocieron a un cristiano secreto iraní, quien vino a la fe con la ayuda de
Saeed Abedini, un pastor estadounidense liberado en enero anterior, luego de
pasar más de tres años en la prisión de Evin.
“Oramos con él, compartimos la comunión
juntos y le ayudamos a recibir al Espíritu Santo. En realidad, estuvo bien,
porque solíamos escuchar historias de Saeed en Christian World News y ¡saber
que jugamos un papel pequeño en la historia de Saeed es una verdadera
bendición!”, comenta Farhadov.
Días después de su arresto en junio, Alexander
Neretin, un pastor ruso, inició una campaña por su liberación.
“Hicimos un llamado a diferentes organizaciones
humanitarias, organizaciones de derechos humanos, organizaciones cristianas y
no cristianas”, indica Neretin.
Iglesias de todo Azerbaiyán y países vecinos
también se unieron en este intento por liberarlos.
“En realidad, durante casi dos meses, oramos 24
horas al día por nuestros hermanos en Irán. Todo el mundo estaba impaciente por
orar”, indica Neretin.
Luego, en lo que Neretin califica como un milagro,
las autoridades iraníes decidieron permitir que los hombres volvieran a
Azerbaiyán bajo fianza.
Netetin voló a Irán llevando consigo 85 mil dólares
para la fianza. Días despúes, Nasibov, Gurbanov y Farhadov, volaron de vuelta a
casa en libertad. CBN News los conoció horas después de su retorno.
“Estamos muy agradecidos con aquellos que oraron
por nosotros y recaudaron el dinero de la fianza. Esto podría sucederle a
cualquiera. No somos especiales, pero la gente se acercó a nosotros y eso
significa mucho”, detalla Gurbanov.
Su caso sigue pendiente.
Mientras que a los tres probablemente no les será
permitido volver a Irán, ellos dicen que la prueba ha hecho poco por detener su
pasión de compartir el amor de Cristo con otros.
“Esto es solo el principio para mí. Hay personas en
el mundo esperando por mí, para que les hable acerca de Jesús. Estoy listo y no
tengo miedo”, dice Nasibov.
“¿Fue fácil? No. Sigo agradecido con Dios por el
privilegio que tuve de ser parte de su obra y en una pequeña manera sufrir por
el nombre de Cristo”, concluye Farhadov.
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